En tiempos de pandemia toda una nación colapsó por el alto nivel de contagio debido al Coronavirus (COVID-19), así como en otras ocasiones en el tiempo del virus de la Influenza por H1N1; pero aun más en la actualidad. Para mantener “elevado el sistema inmunológico” se ha llevado a cabo la autoprescripción o automedicación con suplementos vitamínicos y minerales que, como bien es conocido, estos son utilizados cuando el paciente está en cuadros virales y/o carencias nutricionales.
Algunas de las manifestaciones de carencias son queilosis, dermatitis, resfriados comunes, desnutrición proteíno energética con o sin inflamación, catabolismo proteico en situaciones estenuantes como un paciente quemado, politraumatizado, entre otras. En fin, serían las indicaciones para implementar la terapéutica adecuada, recordando que la dosis debe ser controlada y prescrita por un profesional de la salud.
Hoy traemos a colación el tema porque se ha visto en estudios recientes que pacientes que han consumido megadosis de vitamina C, aun estos estando sin signos y síntomas de algún resfriado y/o condición que amerite un diagnóstico de carencia, pueden debutar con litiasis renal o el comunmente conocido “piedras en los riñones “.
La vitamina C (ácido ascórbico) puede ser metabolizada a oxalato; por lo tanto, un mayor consumo de vitamina C podría aumentar el riesgo de formación de cálculos de oxalato cálcico. Un ensayo demostró que el consumo de 1000 mg de suplementos de vitamina C, dos veces al día, aumentó la excreción urinaria de oxalato en un 22%. Mientras otro estudio observacional en hombres encontró que aquellos que consumían 1000 mg o más por día de vitamina C tenían 40% mayor riesgo de formación de cálculos en comparación con los hombres que consumían menos de 90 mg / día (la ración diaria recomendada). La persona que tiene la predisposición o que padece de litiasis renal no debe consumir suplementos de vitamina C.
Son muchos los episodios de cólicos renales en las emergencias por la discriminación de estas informaciones. Es bueno dar a conocer que los cálculos renales -piedras- tienen múltiples orígenes siendo estos: ácido úrico, oxalatos, cistina (hereditario); en fin lo correcto es que al expulsar un lito (piedra), cualquiera que sea su origen, esta sea estudiada por un Nefrólogo que junto al Nutriólogo se le de su correcta orientación nutricional. A implementar las buenas prácticas supervisadas por profesionales de la salud y decirle NO al intrusismo profesional. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a sodonuclim@gmail.com y nos puedes encontrar en @sodonuclim.