Por: Dr. Rubén Darío Rodríguez/Nutriólogo clínico/@drrubendarior

La sociedad dominicana hoy en día está viviendo secuelas en su peso corporal por la pandemia del COVID-19, olvidando que la “Globesidad”, acarrea a grandes gastos en el sistema de salud, retando a múltiples áreas de la medicina a innovar ante sus tratamientos y orientaciones al paciente que la padece. La obesidad es una enfermedad que ya existía.

Día a día pacientes buscan una salida rápida al sobrepeso que padecen, permitiendo que el intrusismo profesional arrope su salud muchas veces, por lo que resulta inevitable que se tenga que acudir a una evaluación médica-nutriológica para detectar posibles consecuencias de un uso indebido e indiscriminado de algún fármaco no aprobado por la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) o en el caso de que sea un fármaco que sí sea aprobado, pero mal indicado por un personal no capacitado en el área de la medicina. Como se cita en lo siguiente el caso de la Metformina:

Es un fármaco normoglucemiante que se utiliza cuando el paciente tiene indicaciones específicas como:

  • Diabetes mellitus tipo 2 (DM2)
  • Insulinoresistencia (IR)
  • Pre-Diabetes
  • Intolerancia a la glucosa

Se necesita un perfil bioquímico (análisis de laboratorio en sangre) para corroborar con la correspondiente clínica (signos y síntomas) del paciente, sin dejar de ver el tipo de paciente y su relación psicológica, siendo esta última un punto muy importante a tocar en la consulta.

“NO ES PARA BAJAR EL PESO CORPORAL”

Y aquí radica el intrusismo profesional, ocasionado por la sociedad y mismos profesionales de otros campos del equipo del bienestar físico, la vecina, la tía, etc.; basándose en experiencias individualizadas con éxito alguno; aclarando y haciendo de conocimiento que no es 100% confiable el que le funcione a usted, ya que el metabolismo es cambiante de organismo en organismo. La pérdida de peso con este fármaco es de un 2-3% siendo muy bajo como efecto beneficioso asociado al medicamento, por lo que el abuso del mismo puede producir una alteración en la función normal de las células beta del páncreas, llegando a ser disfuncional y provocar o desencadenar una de las enfermedades crónicas no transmisible como lo es la diabetes mellitus tipo 2.

Se debe respetar cada profesión y evitar así el intrusismo profesional y de esta manera también cuidar de no causarle daño al paciente por no dominar el uso de este medicamento.

Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a sodonuclim@gmail.com y nos puedes encontrar en @sodonuclim.

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